En el Día de la Salud Mental, te compartimos las reflexiones que nos dejó el último webinar de Pepe Gutiérrez, un encuentro donde las anécdotas y aprendizajes se concentraron en lo que resumimos como: “lo que vive un administrador, lo viven varios, sin importar la latitud y la envergadura de la comunidad”.
“Hace más de una década me licencié en Antropología Social, producto de querer saber por qué tanta gente inteligente en ciertos momentos –sobre todo en reuniones de condominio– pierden esa facultad y se convierten en…”, así comenzaba Pepe Gutiérrez el tan esperado webinar que prometía dejar 24 lecciones luego de un verano europeo y varias asambleas.
Y, ¿en qué se convierte la gente en una reunión/asamblea/junta? Como ya muchos de ustedes habrán experimentado, en cada reunión convergen multiplicidad de ánimos, emociones y miradas que llevan todas a reclamos, objeciones y peticiones multiplicadas por dos por cada asistente, que muchas veces exceden el orden del día.
Entonces, ¿cómo lograr salir ileso de una asamblea y con bienestar mental a la vez?
Medir para mejorar
Según Pepe, es posible encontrar un equilibrio con la metódica medición de los resultados obtenidos asamblea tras asamblea. Porque, claro, lograr un ambiente sano es una construcción que lleva tiempo. El prestigioso administrador, con una experiencia de más de 40 años, destaca que debemos analizar factores como la cantidad de puntos en el orden del día, las reclamaciones presentadas, el número de representados y, quizás lo más importante, identificar las personalidades protagonistas.
El análisis continuo es clave. Observar patrones en las reuniones nos permite anticipar problemas y gestionar de manera más eficiente. Como dice Pepe, "a buen observador, pocas palabras". Escuchar el doble y hablar la mitad se convierte en una herramienta esencial para gestionar de forma eficaz las demandas de los copropietarios. Esto no solo alivia la presión durante la asamblea, sino que también nos prepara para futuras reuniones o para responder correos electrónicos de manera más precisa y certera.
La organización, un aliado clave
Uno de los consejos más prácticos que compartió Pepe es llevar un registro detallado de los problemas recurrentes en las reuniones. Tener un expediente, tanto físico como digital, con toda la información previamente organizada, nos permite evitar reuniones extraordinarias que se podrían resolver fácilmente con una respuesta rápida y clara.
Ir preparado es la clave del éxito en cualquier asamblea. Como bien menciona Gutiérrez, la preparación es sinónimo de comodidad. Esto incluye no solo los documentos y los puntos del día, sino también cuidar aspectos tan esenciales como la voz, ya que en algunas reuniones, la intensidad y duración pueden acabar afectándonos físicamente. Un consejo curioso pero útil: “gárgaras con limón antes de una reunión”.
El respeto como base de la interacción
Otro aspecto fundamental que destacó Pepe fue el respeto en las interacciones. Las asambleas pueden ser largas y, en ocasiones, las emociones pueden desbordarse. Para evitar que las cosas escalen, es crucial poner límites claros desde el principio y asegurar que todas las partes involucradas se sientan escuchadas y respetadas. El respeto y la educación deben ser la base de cualquier reunión, ya que esto garantiza un ambiente más manejable y productivo.
Asimismo, Gutiérrez enfatizó la importancia de apoyarse en los colegas. Ser buenos compañeros de trabajo y colaborar puede hacer una gran diferencia. Trabajar en equipo nos ayuda a repartir la carga emocional y operativa que pueden suponer las asambleas, haciendo que la tarea sea más llevadera para todos.
Saber hasta dónde llegar
Finalmente, Pepe cerró el webinar con una reflexión crucial: saber hasta dónde aguantar en una junta. Como administradores, es esencial conocer nuestros propios límites. Si bien el respeto es fundamental, también lo es ser capaces de marcar esos límites cuando el maltrato o la falta de consideración hacia nuestra persona o hacia otros asistentes cruza la línea. Aprender a decir “no” o a posponer decisiones para reflexionarlas en frío es un acto de autocuidado que puede evitar mucho desgaste a largo plazo.
En conclusión, ser administrador de fincas o condominios es una tarea que requiere tanto de habilidades técnicas como de un profundo manejo emocional. En palabras de Gutiérrez: "No se trata solo de sobrevivir a una asamblea, sino de hacerlo con la mente intacta y el respeto de quienes te rodean".
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