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Foto del escritorRedacción Coterránea

Condominios en Barrios Privados: su complejidad en la administración

En los últimos años, los condominios han ganado protagonismo como propiedades horizontales dentro de los barrios privados. Estos complejos residenciales son lugares cerrados, con sus servicios e infraestructura exclusiva. Sin embargo, la gestión de estos espacios conlleva una serie de responsabilidades añadidas, para los administradores, que no siempre son tenidas en cuenta.

 

En el barrio privado "Los Robles", ubicado en las afueras de la ciudad de Córdoba, Argentina, los residentes de los condominios disfrutan de un ambiente tranquilo y seguro. El administrador del barrio, Ernesto, es conocido por su atención meticulosa a los detalles y su dedicación para mantener el lugar impecable y seguro en los tiempos actuales. Cada semana, realiza inspecciones rigurosas para asegurarse de que todas las áreas comunes estén en perfecto estado. Además, organiza eventos sociales, como torneos deportivos, para fomentar la convivencia entre los vecinos.


Pero en este barrio privado también se encuentra el condominio "Los Sauces", la unidad más grande del barrio, que cuenta con su propio administrador (quien prefiere que reservemos su nombre). Ambos administradores trabajan en estrecha colaboración para garantizar que los servicios y el mantenimiento sean óptimos.


En la avenida Extremadura, al sur de Madrid, España, se encuentra la mancomunidad Extremadura 214, conformada por varios edificios que son administrados de forma autónoma por distintos administradores.


En las afueras de Santiago de Chile también se pueden encontrar numerosos ejemplos de este tipo de zonas, como Huechuraba.


Sin embargo, todos estos lugares tienen un punto débil: la coordinación entre los administradores y la disciplina de los vecinos al cumplir los reglamentos que rigen ambos lugares. La coordinación entre las administraciones impacta directamente en los presupuestos, ya que cualquier superposición de servicios puede derivar en un incremento de los gastos de comunidad. Además, influye en cómo los vecinos utilizan esos servicios.

La colaboración estrecha entre el administrador del barrio y los administradores de cada condominio es crucial para garantizar el correcto funcionamiento de estos espacios. La comunicación fluida y la toma de decisiones conjuntas son esenciales para resolver posibles conflictos y asegurar la satisfacción de los residentes. Es responsabilidad de las comisiones de vecinos comprender este funcionamiento para evitar establecer consignas erróneas al administrador.


Administrar un condominio o un barrio privado con condominios implica una gran responsabilidad y profesionalismo, que no siempre es respetado por los vecinos que conforman el gobierno del barrio o condominio. Se requiere una formación sólida en administración inmobiliaria y habilidades de liderazgo para gestionar el patrimonio y la calidad de vida de los residentes. Con una buena coordinación y colaboración entre los administradores, se puede lograr una convivencia armoniosa y satisfactoria en estos espacios privilegiados.

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